Los programas de movilidad global dirigidos a estudiantes de pedagogía constituyen un componente integral de diversas experiencias en formación docente. Se conciben como oportunidades de desarrollar habilidades que respondan a aulas progresivamente multilingües y multiculturales. Sin embargo, tales programas pueden perpetuar estereotipos culturales, además de fomentar sentimientos de superioridad y legitimización. Este artículo representa un análisis de las experiencias de futuros profesores australianos en un programa de movilidad en Santiago, Chile. Dicho análisis tiene dos objetivos: en primer lugar, contribuir a la comprensión actual del transnacionalismo; y en segundo lugar, examinar cómo las categorías binarias de la identidad cultural propia y del otro continúan moldeando los encuentros interculturales. De aquí surge la necesidad de apoyar a los futuros profesores a encontrar nuevas formas discursivas para abordar la complejidad de sus experiencias.