Este artículo aborda el problema de la no persistencia del cambio y la falta de una base de sustentabilidad de las reformas en América Latina y el Caribe, desde cuatro posibles hipótesis (Gajardo, 1999) y sugiere una quinta; los cambios afectarán lo que los alumnos aprenden y cómo los profesores enseñan sólo cuando tales cambios impliquen a los centros y sus profesores. El cambio es esencialmente el producto de los actores situados de modo que el centro debe transformarse en espacio para el aprendizaje docente, permitiendo la formalización del saber implícito y la modificación de las rutinas. El estudio plantea que la desconexión de las lógicas de acción puede concebirse como uno de los principales obstáculos para generar cambios y mejorar la calidad educativa. Se concluye con una serie de pasos para generar transformaciones en la acción y la reflexión conducentes a la sustentabilidad del cambio.