Hoy, como en el pasado, algunas instituciones educativas que se dicen católicas pareciera que no responden plenamente al proyecto educativo que debería distinguirlas y, por lo tanto, no cumplen con las funciones que la Iglesia y la Sociedad esperan de ellas. Ante este escenario, el artículo aborda y reflexiona diversos aspectos vinculados con la Identidad católica; la conciencia que se tiene de ella y la audacia para asumir todas las consecuencias que se derivan de su diferencia con otras instituciones formativas.