En 2013 inició el proceso de Reforma educativa en los niveles de educación primaria, secundaria y educación media. Uno de los ejes centrales es la evaluación obligatoria de los docentes, que, en caso de no presentarse, podría traducirse en su despido, o bien, de no aprobarla en tres ocasiones, ser reubicados a otras tareas del sistema escolar. El artículo analiza la opinión de 38 docentes entrevistados en distintos municipios de Colima, con la finalidad de conocer cómo afrontan este proceso. Entre los principales hallazgos están: la deficiente estrategia de información y comunicación utilizada por las autoridades educativas, la poca credibilidad en el proceso de evaluación —así como la nula confianza en que la corrupción desaparezca—, el cuestionamiento a su estatus laboral que generó miedo e inseguridad. En el futuro inmediato, los docentes esperan una fuerte supervisión de su trabajo y alta competitividad, ante la incertidumbre de implementar nuevos planes y programas educativos al ocaso del sexenio.