La importancia de los estudios de género radica, entre otros aspectos, en su vinculación
con el desarrollo. Sin embargo, los factores socioculturales se mantienen
como determinantes de la reproducción de la desigualdad entre los géneros y de la
discriminación de las mujeres, especialmente en ámbitos de mayor vulnerabilidad
tales como el espacio social rural.
La heterogeneidad/especificidad del espacio social rural constituye el entorno de la
escuela rural y su análisis y comprensión se constituye en punto de partida del trabajo
pedagógico secundario que ha de realizar, consistente en someter las relaciones de
género tanto al pensamiento como a las pedagogías críticas, por tanto sistemáticas y
explícitas, de modo que habitus cultivados de equidad de género comiencen a construirse.
Para ello, nuevas prácticas han de ser introducidas en las relaciones sociales
escolares y, desde la escuela, difundidas a las comunidades locales.