La religiosa francesa de la Sociedad del Sagrado Corazón, Ana du Rousier (1806-1880), fue quien trajo por primera vez a América del Sur el proyecto educacional de dicha congregación. Sus primeros pasos como religiosa los dio en Italia, donde estuvo a cargo de los principales establecimientos del Sagrado Corazón. Luego dirigió el colegio de París por cuatro años, hasta que fue enviada como Visitadora a las casas de Norteamérica en 1852. Desde allí, la fundadora, Magdalena Sofía Barat, le confió la misión a Chile, como respuesta al llamado del Arzobispo Rafael Valentín Valdivieso, quien también esperaba que las niñas chilenas pudieran recibir esta educación a la francesa. La Sociedad del Sagrado Corazón, fundada en 1800 tenía como principal apostolado la educación de las niñas. Por una parte, las hijas de la élite en pensionados y, por otra, las niñas pobres en escuelas externas gratuitas. Este esquema de educación moderna fue el que desarrolló en Chile Ana du Rousier, desde su llegada en 1853, hasta su muerte.