Carlos Casanueva Opazo –quien fuera Rector de la Universidad Católica por más de treinta años– mostró siempre una activa preocupación por la “cuestión social” como sacerdote y como educador. En su juventud participó en la Sociedad de San Vicente de Paul y en las Congregaciones Marianas, pero su principal labor fue la fundación –en 1890– y el desarrollo del Patronato de Santa Filomena, donde se esforzó por dar una educación cristiana a los más pobres, enfatizando la formación técnica de los jóvenes obreros. Más tarde, como Rector de la Universidad Católica y convencido de que la educación era el motor de la sociedad, mostraría un interés permanente en la formación de la juventud desde una perspectiva católica –con ese espíritu fue creada la Facultad de Medicina–, con el propósito de influir, a través de sus profesionales y egresados, en la evolución de la sociedad chilena. Con su extraordinaria y visionaria personalidad, don Carlos Casanueva marcó décadas cruciales para la educación superior en Chile durante la primera mitad del siglo XX.