El artículo sustenta que la calidad de la educación se construye a través de un proceso de gestión integral que articula todos los ámbitos del centro escolar, en torno a un objetivo común que es el lograr aprendizajes significativos. Fundamenta la necesidad de desarrollar un modelo de gestión de la calidad a partir del reconocimiento de la escuela como una organización compleja y del cambio de rol que asume hoy en día el centro educativo. El artículo presenta una estrategia analítica basada en el reconocimiento del carácter y las dimensiones de la gestión escolar, y un modelo de articulación del micro, meso y macroentorno en torno a la gestión de los aprendizajes. Finalmente, visualiza la escuela como una organización en tránsito entre un “establecimiento” –entendido como un centro cerrado en sí mismo, atado a un currículo con prácticas pedagógicas y de gestión tradicionales– hacia un “centro de desarrollo educativo” conceptualizado como una organización que aprende y que gestiona el conocimiento a partir de la articulación de los diversos ambientes de aprendizaje en que docentes y alumnos se desenvuelven en su vida cotidiana.