Aunque los cambios en los sistemas educativos son constantes y no siempre justificados, periódicamente también se producen propuestas que suponen un auténtico revulsivo pedagógico. Tal es el caso de las competencias entendidas como metas curriculares, cuya consecución para todos los alumnos se vincula con la equidad como meta social y también con la calidad de los sistemas educativos puesto que suponen la preparación para comprender y resolver los problemas propios de la vida cotidiana actual, al tiempo que se sientan las bases para la continuación del aprendizaje a lo largo de la vida. En el artículo se cita la propuesta de competencias para la educación obligatoria que el autor ha trabajado en Cataluña como una alternativa avanzada en su forma de identificación y de evaluación.