A partir de los años ochenta se vive en la mayor parte de los países llamados emergentes un intenso proceso de reformas educativas que compromete las políticas gubernamentales; estas reformas han acentuado los aspectos curriculares en su dimensión más bien didáctica y de aula. Por otra parte, está aconteciendo un cambio muy profundo en el escenario cultural, especialmente marcado por el desarrollo de las ciencias, los medios y alcances de la comunicación social, la estandarización de modelos de convivencia, la mayor masificación de los bienes de consumo. Estas reflexiones llevan a pensar sobre los contenidos educacionales, la oferta de conocimientos y destrezas que el sistema escolar hace a los niños, niñas y jóvenes; en este contexto se plantean las preguntas: ¿qué necesitan saber los niños, niñas y jóvenes hoy en un horizonte de los próximos veinte años?, ¿es suficiente continuar con la selección cultural del currículum que el sistema escolar ha tenido desde fines del siglo XIX?