El artículo presenta una reflexión acerca de las (im)posibilidades que se presentan
para abordar el tema de la diversidad desde el contexto escolar. Dentro de las limitaciones
se encuentra el tema del control y el poder instalado de manera casi invisible
dentro de las prácticas escolares, como también la naturalización de la dicotomía
centro/margen. A partir de estas formas de “hacer” dentro de la escuela, el tratamiento
de la diversidad queda reducido a lo metodológico para “integrar” a aquellos
denominados como “diferentes”. En la medida que se cuestionen temas como es el
control y poder y la totalización de las prácticas, se puede pensar en el concepto de
diversidad como una posibilidad epistemológica, ética y política. Este argumento se
sustenta en teorías sociales postcríticas